No es novedad que concentrarse en tu trabajo o para cualquier actividad que necesite nuestra total atención es fácil de distraernos, y en la actualidad se nos complica aun mas con todo esto del Internet redes sociales, las fotos de la noche anterior, etc. Ahora que podemos revisar nuestros diferentes perfiles, correos y vídeos a través de nuestros dispositivos móviles como lo son los celulares nuestra productividad en el trabajo, escuela o la vida diaria se ve afectada dramáticamente.
Ojalá hubiera días de 30 horas para poder hacer todo lo que uno quiere. Porque haces tu lista de tareas y te parece realista, pero el tiempo pasa volando, y de pronto te das cuenta que no has hecho todo lo que tenías previsto.
En la práctica son muchas las veces que el trabajo se puede hacer aburrido o tedioso, y puede dar la sensación de que no se acaba nunca. Existen una serie de pautas que pueden ayudar a mitigar esos sentimientos, que permitirán trabajar menos horas, rendir más, y por lo tanto aumentar la productividad laboral.
1. Planificar la jornada
La clave del orden. El día anterior es conveniente dedicar un rato por la noche a pensar las tareas que se deben afrontar al día siguiente, y establecer un orden de prioridades. Marcar un horario para cada labor ayuda a ganar tiempo.
2. Madrugar
Cuanto antes se empieza, antes se termina. Además, llegar primero al trabajo evita tener que pararse a saludar a todo el mundo y ayuda a concentrarse.
3. Empezar por lo más difícil
Lo mejor es comenzar resolviendo lo más complicado. Al comenzar el día se tiene más energía, que se va perdiendo a lo largo de la jornada. Dejar lo más complicado para la última hora se hará muy tedioso.
4. Un tema de cada vez
«Quien mucho abarca, poco aprieta», dice el refrán. Es recomendable resolver los temas pendientes de uno en uno. Estar centrado en cinco cosas a la vez, sin terminar ninguna, lastra la productividad. Además, merma la concentración y hace que el resultado de las tareas realizadas sea más pobre.
Utilizando «Asana» contra la procrastinación
Asana es un gestor de tareas, el que utilizamos aquí. Es nuestra guía para conocer el estado de cada proyecto en el que participamos y que nos permite al equipo estar pendientes de las necesidades que surgen. Hablaremos sobre Asana muchas veces en este blog, porque nos parece la mejor herramienta para controlar el «workflow» o flujo de trabajo.